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Donald Trump consigue casi 2 billones de dólares en inversiones durante su gira por el Golfo: ¿cambio estratégico o simple maniobra publicitaria?

Para su primera visita de Estado desde que asumió el cargo, Donald Trump eligió el Golfo. Esta gira por Oriente Medio se saldó con acuerdos de inversión récord por valor de 2 billones de dólares con Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos y Catar, lo que supone un punto de inflexión en las relaciones económicas entre Estados Unidos y el Golfo.

El Golfo, nueva prioridad geoestratégica de Washington

Por segunda vez consecutiva, Donald Trump ha elegido Oriente Medio como destino de su primera visita de Estado, dejando de lado a socios tradicionales como Canadá y Europa. Esta elección estratégica se explica por las ventajas competitivas de los países del Golfo en el actual contexto económico mundial: sólidas perspectivas de crecimiento, robustas reservas financieras, entornos políticos estables y considerables reservas energéticas.

 

2 billones de dólares en acuerdos firmados en tres grandes etapas

El presidente estadounidense ha anunciado la firma de acuerdos por un valor total de casi 2 billones de dólares, entre los que se incluyen:

  • 600000 millones de dólares con Arabia Saudí (incluidos 142 000 millones en equipamiento militar estadounidense)
  • 243 000 millones de dólares con Catar (incluido un gigantesco pedido de 96 000 millones a Boeing)
  • 200 000 millones de dólares con los Emiratos Árabes Unidos, primera etapa del plan de inversión de 1,4 billones anunciado en marzo pasado.

 

Además de las inversiones en aviación, energía y otros sectores industriales, la inteligencia artificial ocupa un lugar destacado, con el anuncio de la construcción del mayor centro de datos de IA (fuera de Estados Unidos) en Abu Dabi.

 

Una señal fuerte, aunque todavía simbólica, del acercamiento entre Estados Unidos y el Golfo

Más allá de los anuncios espectaculares, esta visita ha puesto de manifiesto una convergencia estratégica entre Washington y las capitales del Golfo. Los líderes calibraron cuidadosamente sus mensajes en torno a prioridades comunes: reforzar las capacidades de defensa ante las crecientes tensiones regionales, garantizar las cadenas de suministro críticas y el deseo de construir una política energética más coherente y sostenible.

Para Estados Unidos, estas inversiones son una palanca para reactivar la industria nacional y afirmar su liderazgo tecnológico. Para los países del Golfo, representan una oportunidad para acelerar su diversificación económica, en particular a través de la inteligencia artificial, al tiempo que consolidan su estatus como actores geopolíticos importantes.

Sin embargo, detrás de las declaraciones de intenciones, la realización concreta y la aplicación efectiva de estas inversiones siguen siendo inciertas. En un contexto geopolítico tenso, las próximas semanas serán decisivas para evaluar si este acercamiento se traduce en acciones duraderas o si se queda en una señal diplomática.

 

Una respuesta directa a la creciente influencia de Pekín en la región

Esta gira es también una respuesta al afianzamiento estratégico de China en el Golfo a través de su iniciativa Belt and Road.

Pekín está intensificando sus inversiones concretas en infraestructuras, energía —tanto en combustibles fósiles (25 000 millones de dólares) como en energía verde (12 000 millones de dólares)— y logística, con 70 000 millones de dólares en contratos de construcción firmados en 2024, además de 51 000 millones de dólares en inversiones no financieras.

La visita de Donald Trump tiene por tanto como objetivo reafirmar la influencia estadounidense en una región que se ha convertido en un importante campo de batalla geoeconómico.

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