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08/11/2017
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China-África: ¿Durará el matrimonio por conveniencia?

China-África: ¿Durará el matrimonio por conveniencia?

Wolf Warrior 2, lanzada en julio de 2017, se convirtió en la primera película que no pertenece a Hollywood en entrar en la lista de las 100 películas más taquilleras de todos los tiempos en la taquilla mundial. La película de acción retrata a China como el protector de África. Apenas cuatro días después del lanzamiento de la película, China abrió su primera base militar en el extranjero en la costa de Djibouti, encarnando el mensaje de la película. China ha demostrado un interés particular en Djibouti, un pequeño país en el Cuerno de África, como una puerta de entrada al continente, especialmente desde el primer Foro de Cooperación China-África.

Como su nombre lo sugiere, el Foro de Cooperación China-África encarna y supervisa el interés de Beijing en todo el continente. Desde que se celebró el primer Foro en 2000, la mejora en la cooperación económica entre el Reino Medio y el continente africano ha transformado a China en un socio económico clave para muchos países africanos. Sin embargo, los lazos bilaterales más estrechos entre China y la mayoría de sus socios africanos siguen centrados en la creciente demanda china commodities -particularmente recursos minerales como petróleo, metales y piedras preciosas- y ha sido objeto de un escrutinio creciente. Sin embargo, casi 20 años después de la creación del Foro, se ha vuelto necesario reevaluar la relación China-África. El reequilibrio económico de China hacia un mayor consumo interno está en marcha, y la desaceleración de la actividad económica ya es evidente, a pesar de algunos signos. Esto debería traducirse en una menor demanda china de recursos minerales y menores precios de los commodities, comenzando con los del petróleo crudo, tendencias persistentes que cambiarán la relación bilateral entre China y África. La disminución del comercio entre el continente africano y el Reino Medio, así como la disminución de los flujos de inversión extranjera directa en los últimos dos años, refuerzan aún más esta tendencia.

Esta caída en la demanda no afectará a todos los países de la región por igual. Se espera que los que más se beneficiaron de la expansión de China sientan el impacto con más fuerza. Para este estudio, implementamos un índice de dependencia de exportaciones para identificar los principales focos de riesgo. Se escala de 0 a 1, donde los puntajes más altos indican una mayor exposición a las interrupciones del comercio con China. Nuestros resultados sugieren que la dependencia de China en todo el continente ha aumentado significativamente entre 2006 y 2016. Para poner esto en contexto, la dependencia de las exportaciones de commodities  de África subsahariana a China fue de 0,24; superior al 0,07 registrado en la UE y 0,12 en los Estados Unidos. Además, África subsahariana aún muestra una incidencia mucho más alta que sus pares de mercados emergentes en Asia y América del Sur. No es sorprendente que descubrimos que los grandes exportadores de petróleo (Angola) y metales (Zambia, Sudáfrica) están en mayor riesgo ante posibles cambios en la demanda china. Estos países también se han beneficiado de más flujos de inversión extranjera directa y préstamos chinos.

Sin embargo, a pesar del deterioro general de la dependencia de las exportaciones de China, los últimos acontecimientos ofrecen un atisbo de esperanza. Los productos agrícolas (naranjas sudafricanas, sésamo etíope, maní senegaleses o tabaco de Mozambique) y productos de madera (Mozambique, Nigeria, Guinea Ecuatorial, Camerún, Ghana) - que podrían potencialmente beneficiarse del reequilibrio del modelo de crecimiento de China – han surgido como pequeños, pero bienvenidos, agregados a la canasta de exportación de África a China. Además, la inversión extranjera directa y los préstamos chinos han comenzado a diversificarse fuera de los sectores extractivos, centrándose más en la fabricación, los servicios públicos y los servicios. Sin embargo, como en todo buen matrimonio, siempre se justifica una buena dosis de escepticismo. Los flujos de inversión extranjera directa y préstamos no se comparan con los flujos comerciales en términos de valor, de hecho, están en un orden de magnitud más pequeño. Esto significa que los países africanos con altos niveles de dependencia de China siguen estando muy expuestos a una corrección más pronunciada de la demanda china o a un retorno de los precios más bajos de los commodities. Al mismo tiempo, las conversaciones sobre la reubicación de «La Fábrica del Mundo» a los países africanos se ven amenazadas por los bajos volúmenes de exportación de artículos manufacturados a China.

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