FOCUS: Comercio Mundial - A pesar de una súbita interrupción del comercio mundial, las cadenas de valor globales aún tienen un futuro brillante

En medio de la pandemia de COVID-19, el comercio mundial se ha visto arrastrado por numerosos factores: una recesión mundial, una incertidumbre cada vez mayor, la restricción y el aumento del costo del transporte y un proteccionismo localizado dirigido al suministro de alimentos y productos médicos esenciales.

En el lado positivo, los estrictos controles fronterizos han tenido un impacto limitado en el comercio y se están suavizando gradualmente en Europa, para revivir la industria del turismo y limitar la escasez de mano de obra en el sector agrícola. A más largo plazo, los múltiples llamamientos para reubicar la producción localmente también constituyen riesgos para el futuro del comercio mundial.

Sin embargo, proteger la producción de las perturbaciones de la oferta exterior parece una tarea imposible: imaginar una reubicación completa de los procesos de fabricación a nivel nacional o regional pone de relieve las cuestiones del aumento de los costos de producción y la falta de conocimientos técnicos nacionales. Incluso si se abordan estas dos cuestiones, este nuevo proceso de producción local seguirá dependiendo del suministro de materias primas, que depende en gran medida de la ubicación.

Mitigar la exposición a un país concreto mediante la diversificación de los proveedores también es un reto difícil. A primera vista, es posible encontrar alternativas al principal país proveedor (es decir, China en la mayoría de los sectores). Sin embargo, los principales productores de insumos también están fuertemente conectados entre sí, lo que significa que la exposición no desaparecerá incluso cuando se diversifique el suministro de insumos a otros importantes centros del sector.

En general, la buena noticia es que las cadenas de valor mundiales aún tienen un futuro brillante.

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