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22/10/2018
Publicaciones económicas

Nuevo reparto de cartas para los mercados emergentes

Nuevo reparto de cartas para los mercados emergentes

El trimestre pasado se caracterizó por el continuo aumento del precio del petróleo y por las fugas de capital en los mercados emergentes, que han contribuido a  la depreciación de sus respectivas monedas. El recrudecimiento de las crisis monetarias en Argentina y Turquía (que han llevado a Coface a revisar a la baja sus evaluaciones de riesgo país en el segundo trimestre de 2018) son dos casos representativos.

Esta tendencia comenzó en el contexto de una dinámica económica muy positiva en Estados Unidos (con un crecimiento superior al 4% en el segundo trimestre - la confianza empresarial más alta en 14 años), que sorprendió tanto a los actores del mercado, como a la Reserva Federal Americana, impulsando a esta última a endurecer su política monetaria más rápidamente de lo esperado.

Tal y como se señalaba en el Barómetro de Coface para el segundo trimestre de 2018, esta tendencia también se explica por ciertas debilidades específicas de los países emergentes. Las economías argentina y turca se caracterizan por sus grandes desequilibrios externos y, consecuentemente, por su gran dependencia de la financiación externa, estando una gran parte de su deuda pública y privada denominada en divisas extranjeras.

Tanto en Argentina como en Turquía, la aceleración de la depreciación de sus monedas se vio exacerbada por varios factores.

En el caso de Argentina, la decisión tomada el pasado 29 de agosto por el presidente Mauricio Macri, de solicitar un adelanto de fondos al FMI del préstamo de 50.000 millones de dólares (concedidos en el marco del programa que el país firmó con el Fondo Monetario Internacional), preocupó a los titulares de pesos argentinos.

Esta situación ha tenido un efecto contraproducente, creando un movimiento de pánico en la economía argentina, que ya se encontraba previamente en crisis, con una inflación media anual prevista del 30% en 2018. Tras este anuncio, el peso argentino se desplomó un 13% en un día y el Banco Central se vio forzado a aumentar su tipo de referencia en 1.500 puntos básicos, alcanzando el 60% anual.

Probablemente, este rápido endurecimiento de las condiciones crediticias arrastre este año a la economía argentina a una recesión (-2,4% tras 2,9% en 2017). El continuo deterioro de la economía en Argentina se refleja en nuestras evaluaciones sectoriales, con la revisión a la baja de seis de los trece sectores. En este momento, la mayoría de las evaluaciones sectoriales del país se clasifican como “Riesgo Alto” o “Riesgo Muy Alto”.      

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