Una liquidez global más ajustada y Asia: No todo es tristeza y perdición

Asia ha estado bajo presión como consecuencia de la menor liquidez mundial en 2018, liderada por un rápido ritmo de subidas de las tasas de interés de la Reserva Federal (Fed) de los Estados Unidos (EE.UU.). La reducción de los diferenciales de las tasas de interés ha dado lugar a primas de riesgo más reducidas para los inversores en los mercados emergentes asiáticos. Esto hizo que los flujos de capital se alejaran de la región y se dirigieran a activos denominados en dólares estadounidenses. Las salidas de capital también dieron lugar a una depreciación en relación con el dólar estadounidense, lo que llevó a varios bancos centrales de la región a aumentar las tasas de interés y a intervenir en los mercados para defender sus monedas. Se espera que la Reserva Federal continúe incrementando las tasas de interés en 2019, lo que podría agravar aún más los flujos de salida. Nuestro índice, que mide la vulnerabilidad relativa a los flujos de salida, indica la existencia de divergencias en Asia. Algunos mercados se beneficiarán de fundamentos sólidos, de políticas monetarias proactivas y de amplios márgenes de seguridad para resistir a las salidas de fondos. En estos casos, es probable que los inversores se hayan adelantado y las valoraciones actuales no estén justificadas. Sin embargo, algunas economías siguen bajo presión. Sobre todo, la relativa sostenibilidad de la posición externa real sigue siendo la consideración más importante. Esto es motivo de preocupación en los casos en que los amortiguadores son inadecuados para cubrir la exposición externa. Por último, los países que no poseen regímenes cambiarios flexibles pueden tener dificultades para suavizar las fluctuaciones monetarias, ya que el alcance de la política monetaria se ve limitado por el grado de dolarización de la economía.

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